
El desafío más grande no es superar a otros, sino superarse a uno mismo.
Son múltiples las situaciones que nos desafían, muchas veces llevándonos al extremo de lo que podemos tolerar o entender.
Se nos presentan hechos y circunstancias que nos desafían, pero están ahí para entender cómo llevar adelante nuestra propia luz y trascender.
A lo largo de la historia de la evolución, el ser humano ha tenido que superar múltiples desafíos para estar aquí presente. Sigue hoy vivo como un eslabón evolutivo que ha tenido éxito en su sobrevivencia.
Hoy tal vez el sentido de la sobrevivencia no esté en el entorno salvaje, sino más bien en un entorno social, cultural y económico... esas situaciones que a veces nos abruman, nos consumen tiempo y energía, incluso nos generan una sensación de desilusión o apatía.
Este mundo muchas veces puede resultar individualista o materialista, con falta de sentido o guía. Muchas veces nos cuesta encontrar los caminos que drenen nuestras heridas y nos retornen a esa ilusión y alegría que sentíamos cuando éramos pequeños.
Podemos ser testigos de la búsqueda de amor y juego que nuestros amigos perritos nos muestran en su incansable interés de jugar, luego de tener ya resueltos sus recursos básicos.
Pero en general, a los seres humanos nos cuesta mucho más conectar con otros seres, interactuar, incluso conectar con ese diálogo interno positivo.
Podemos evolucionar desde lo simple a lo complejo, desde el sentir propio a generar una intención positiva que nos transforme y nos conecte hacia una vida más plena.
Tenemos muchas comodidades básicas ya resueltas, y por lo general todas nuestras dolencias son carencias de emociones reflejadas en el amor.
Conectarnos con una sensación de amplitud, requiere inundar nuestro corazón de amor, un amor propio, noble, por la vida que tenemos, por el rol que representamos en nuestra familia y en la sociedad, y en el mundo.
Para ello es fundamental alumbrar nuestra propia sombra, todo aquello que no vemos de nosotros mismos. Aceptarla, observarla y darle luz, para luego empezar a fluir.
Es así como podemos generar un futuro con una mirada más optimista, donde la ilusión de la necesidad cae como un telón que impedía ver más allá del lente ocular.
Podemos ver un mundo maravilloso del otro lado de la ventana de los lentes de la mirada que poseemos.
Es fundamental entender qué es lo que nos aflige, cuáles son nuestras sombras.
Estos desafíos son parte del existir, de la evolución, y gracias a ellos podemos crecer, elevarnos y ser más comprensivos.
Por ello, nos será provechoso:
Observar nuestro diálogo interno, qué características tiene, y darle el sentido que realmente merece.
Comenzar una etapa de transformación de cambios positivos desde el perdón y el agradecimiento, en conexión con una conciencia más elevada.
Cambiar un enfoque negativo por uno optimista.
Ver los desafíos como una oportunidad de crecimiento, entendiendo qué cosas están a nuestros alcance cambiar y que no, cuáles no dependen de nosotros.
Aprender a ser más flexibles y aceptar que no todos pensamos iguales y que cada uno está trabajando en sí mismo, a su ritmo y a su nivel de conciencia.
Esta es una nueva oportunidad para crecer, para entender tu lugar en el mundo, para evolucionar desde tu mente y tu alma hacia una escala superior, gracias a la superación de todos los desafíos por los que has tenido que transitar.
Esa es tu mayor conquista.
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Mensaje canalizado por Julio César Singlan desde seres de luz que iluminan nuestro camino. Editado por Premjeet / Amor Completo.
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