Para cualquier cambio que sintamos realizar en lo que nos afecta, es fundamental primero que nada observar internamente qué características tiene ese pensamiento.
Estamos tan identificados con nuestra identidad y flujo de emociones, que nos cuesta desacoplarnos de ellas. Son una sombra que nos persigue donde vayamos, sin percibir la influencia que ejercen en nuestra propia visión.
Los miedos, frustraciones o apegos nos limitan en ver más allá del propio sentir. Todo lo que somos y sentimos está entrelazado con todas las cosas.
Creemos que todo es casual, pero nosotros estamos continuamente afectando todo tipo de manifestaciones.
Existe un poder de atracción mucho más allá de lo que podamos entender, un poder natural como la gravedad o el electromagnetismo. Generamos energía, y esta se conecta con características de similares energías.
Cambiar la frecuencia de vibración es fundamental, ser conscientes de qué deseamos generar para así atraer y vibrar más alto.
Las cualidades que generan una alta vibración son:
El agradecimiento, la consciencia de que somos mucho más bendecidos por todo lo que tenemos, que por las carencias que creamos que tenemos.
La bondad.
La comprensión.
El perdón.
Un flujo energético elevado, por su propia naturaleza generará reciprocidad.
Nuestra vibración energética es un campo áurico que se desarrolla y expande. Lo que piensas, sientes y haces, determina lo que atraes.
La actitud lo es todo.
Tener una conciencia despierta nos ayuda a aceptar los desafíos y a saber cómo reaccionar frente a ellos evolucionando con la energía adecuada.
Somos responsables de lo que generamos.
Vivir en armonía es ser conscientes de la naturaleza de las cosas y aceptar lo que no depende de nosotros cambiar.
Más allá de las circunstancias, vivir de manera plena requiere conectar con una visión superior de nosotros mismos, una visión del Alma.
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Mensaje canalizado por Julio César Singlan desde seres de luz que iluminan nuestro camino. Editado por Premjeet / Amor Completo.
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