
El estudio propio es todo un arte, un estudio previo de autoconocimiento, indispensable para liberar todo preconcepto creado desde nuestra percepción; algo referido a nuestra historia terrenal.
Son los echos pasados los que moldearon nuestro ser y sentir, pero podemos elevar la apreciación más allá de lo superficial de la acción y reacción.
Nuestro mundo, esa realidad que sentimos, se procesa internamente, y es por ello que todo es una percepción íntima personal.
Nuestra mente procesa rápidamente miles de datos de la realidad contrastándolos con lo que ya conoce, creando nuestra realidad reaccionaria.
Pero existe algo más que un ser físico con un complejo programa mental: es tu conexión dimensional espiritual. Esa conciencia superior, una luz interna que te guía e inspira, que evoluciona también contigo, pero que es capaz de ir más allá de los límites percibidos.
Tienes en ti la capacidad de conexión más maravillosa. Pero es importante hacer pausas al ruido mental que interfiere en las frecuencias internas y externas. Trabajar en nosotros mismos y elaborar un análisis profundo, para comenzar a emerger de las carencias a la abundancia.
Lo primero sería saldar deudas emocionales de nuestra historia de vida hasta aquí. Más allá de los errores propios y ajenos, es importante sanarlos y perdonalos para trascenderlos, y así poder comenzar a crear la realidad que añoramos.
Aprovechar cada situación de desafío (relaciones, economía o salud) como pruebas de evolución y repetición, como en la escuela. Salvo que esta escuela es la vivencial, y cuanto más acertemos, mejor estaremos.
Todo es pendular, pero lo que mantiene los vaivenes es el eje, y ese eje es neutral. Es entender que la mayor fortaleza y claridad está en buscar un equilibrio neutral de las cosas, para no vernos afectados por espectativas creadas, y estar fortalecidos en nuestra propia conciencia.
Ser justo, noble y asertivo es tu más grande conquista. Tu equilibrio mente-cuerpo-alma alineados con un propósito personal, colectivo y universal.
...
Mensaje canalizado por Julio César Singlan
Comments