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La Manifestación Consciente

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“Quienes creen, crean todas las posibilidades que existen. Quienes descreen, descrean todas las posibilidades que existen.”


Somos Creadores de Nuestra Realidad. El Poder del Decreto Consciente.


En el vasto universo de las posibilidades, nosotros somos los arquitectos. Creamos todo aquello en lo que creemos con convicción, y del mismo modo, disolvemos lo que consideramos imposible.


Vivimos inmersos en un mundo de constante saturación: información, opiniones ajenas, crisis globales y discrepancias que generan ansiedad. Ante este ruido, te invitamos a un ejercicio de consciencia profunda, un retorno a la paz interior y a la manifestación deliberada de nuestra realidad.


La Raíz de la Creación: Pensamientos, Sentimientos y Palabras.


Todo lo que percibimos es una creación propia, filtrada por nuestra identidad. Nuestros pensamientos son decretos silenciosos que, de manera constante, estamos manifestando. Sin embargo, nuestro diálogo interno no siempre es positivo, creativo o motivador. A menudo, se inclina hacia el pesimismo, y estas formas de pensar se transmiten después a través de la palabra, los gestos y nuestras acciones, revelando mucho más de lo que creemos sobre nuestro estado interno.


Transmitimos no solo con palabras, sino con toda nuestra presencia: gestos, movimientos y energía emocional reflejan fielmente lo que experimentamos. Por ello, el anhelo de una vida en paz y plenitud, depende más de nuestra gestión emocional y mental que de las circunstancias externas.


Sanar el Pasado, Crear el Presente.


El peso del pasado permanece latente en nuestro subconsciente, un archivo de memorias, alegrías y tristezas. En este mundo interno, entre la ilusión y lo verdadero, cada uno experimenta la realidad de manera única, según lo que da por sentado.


Crear un presente ideal requiere voluntad, trabajo y una actitud consciente. No se trata de alimentar una mera ilusión o de esperar pasivamente que el futuro se alinee a nuestros deseos. Es un acto de autoconocimiento y claridad interna, que nos permite alinear nuestro enfoque con valores nobles y auténticos.


Lo que pensamos está ligado a nuestras experiencias y emociones... lo que decimos es una interpretación sesgada por nuestro filtro perceptual. Por eso, es fundamental revisar nuestras experiencias de dolor, aceptarlas como parte de nuestra historia sin rechazo, y reconocer que la vida nos presenta circunstancias —unas favorables y otras desafiantes— para nuestro aprendizaje y evolución.



Tres Pilares de la Manifestación Consciente:


La creación de nuestra realidad ideal no ocurre por arte de magia mientras permanecemos inmóviles. Requiere de tres elementos en completa coherencia.



1. Claridad de la Intención

(Definir Qué Quieres)


El primer pilar es la definición precisa de tu deseo. No se puede manifestar un objetivo vago. Este paso implica ir más allá del simple "quiero ser feliz" y definir el resultado con el máximo detalle y convicción.


Define: Sé específico sobre lo que deseas (el puesto de trabajo exacto, la cantidad de dinero, las características específicas de la pareja, etc.).


Motivación: Entiende el "por qué" detrás de tu deseo. Asegúrate de que provenga desde un lugar de amor y plenitud, y no de carencia.


Visión: crea una visión clara en tu mente para darle al Universo una dirección inequívoca. Manten esa visión a través del tiempo con fé.


2. Coherencia Emocional


El mayor desafío es alinear la palabra y el pensamiento con el sentimiento. Puedes afirmar "Soy Abundante", pero si la emoción subyacente es de miedo, carencia o duda, el universo (o tu subconsciente) responderá a esta última. La emoción es una frecuencia vibratoria mucho más potente que la palabra.


La verdadera creación comienza al sanar las heridas internas y desmantelar los bloqueos. Solo cuando el decreto se siente genuino —porque la emoción lo respalda— se convierte en una fuerza de manifestación imparable.


La Clave de la Manifestación está en una Coherencia Emocional y Vibratoria.


Para que la Ley de la Atracción funcione, no basta con desear o repetir frases; es esencial que nuestro mundo interior (sentimientos) esté en paz con el mundo exterior. Cualquier conflicto consume tu energía y resta fuerza, motivación y acción.


Es necesario desarrollar un sano desapego y liberar a través del perdón cualquier limitante (palabra/acción).



3. Acción Inspirada y Desapego

(Actuar y Confiar)


El pilar final, combina el movimiento físico con una actitud de confianza y entrega. La manifestación no es pasiva; requiere que tomes medidas que te acerquen a tu objetivo, pero sin aferrarte al resultado.


Realiza acciones prácticas y decisiones que estén en coherencia con la persona que quieras ser, en quien te vas a convertir cuando esa realidad exista. Haz lo que esa persona haría en tu lugar.


Una vez que has establecido tu intención y has actuado, libera la necesidad de control. El desapego indica al Universo que confías en el proceso, permitiendo que la manifestación fluya hacia ti sin resistencia.


La gran liberación radica en distinguir entre lo que podemos y no podemos controlar. Al aceptar que no governamos las opiniones ajenas, el pasado o los resultados finales, liberamos una energía mental inmensa. Esta energía, antes malgastada en preocupación, puede redirigirse a donde sí tenemos poder: nuestro juicio, nuestros valores y nuestra respuesta. Esto no es resignación, sino empoderamiento radical.


Confía en el tiempo perfecto del Universo. Entiende que el resultado llegará de la mejor manera y en el momento oportuno. Todo es perfecto aunque en algún momento no lo entendamos todo. Nuestras vidas son como un puzzle de piezas que vamos organizando con mayor o menor claridad.


En suma...


Estos tres pilares —saber lo que quieres, sentirlo como real y tomar acción con confianza— son el motor fundamental de la manifestación consciente.


La fe se desarrolla con hechos. El decreto es la brújula, pero la acción es el camino. La prosperidad se manifiesta con decisiones sabias; la salud, con hábitos consistentes. Así, transformamos la manifestación de un acto pasivo a uno proactivo de cocreación.


La valoración más importante es la propia. Una saludable autocrítica es positiva, pero que sea lo justo para corregir el camino cuando sea necesario y realizar los cambios que te impulsen hacia la vida que mereces.


A Tener en Cuenta:


La Gratitud: Cuando nuestra valoración es de sentirnos agradecidos, generamos un estado de merecimiento total. Es nuestro estado interno y nuestra energía la que genera, nutre y materializa todas las posibilidades.


Todo es Energía: "Lo Similar atrae a lo Similar". Es por ello fundamental alinear nuestra energía con la realidad que deseamos atraer, vibrándola como ya presente.


Fé: es convicción inquebrantable. Nuestro trabajo es identificar cómo gestionamos la realidad para desarrollar la convicción de lo que deseamos y merecemos. El trabajo clave aquí es identificar y desmantelar cualquier creencia limitante.



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Este mensaje fue canalizado por Julio César Singlan desde seres de luz que con amor iluminan nuestro camino. Editado por Premjeet / Amor Completo.



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