Una revolución interna de Luz y Amor renace en ti cuando tu alma aflora en su esencia divina activando tu presencia en cuerpo, mente y alma.
Es importante tener en cuenta ciertos factores y principios con los que elaboramos cualquier tipo de interpretación de nuestras experiencias en la vida y en el medio ambiente en el cual hemos crecido, y forman la historia de nuestros procesos vividos.
A lo largo de nuestra historia vamos acumulando todo tipo de experiencias en lo profundo de nuestro subconsciente, las cuales afloran a través de emociones. Expresamos en nuestras acciones y reacciones, mensajes que emitimos de acuerdo a nuestro estado psicoemocional.
Es necesario sumergirnos en profundidad para comenzar esa transformación, y a partir de estos procesos ir evolucionando si así lo deseamos, para amplificar nuestro nivel de consciencia, y de esa manera aportar a todo nuestro entorno lo mejor de nuestro Ser.
Todo comienza en la relación que tenemos con nosotros mismos, en la intimidad con la que nuestros pensamientos forman el diálogo interno, para luego compartir nuestra visión en las relaciones con nuestros seres queridos y sociales.
Existen factores básicos donde trabajar y observar para hacer la alquimia de la transformación propia, entendiendo y comprendiendo nuestros procesos internos de cómo estamos y cómo nos sentimos.
Observar nuestra historia es sanar las heridas que aún mantenemos abiertas.
Con un pensamiento altruista, desde la humildad y el perdón, generamos las mejores situaciones que nos conectan con la maravillosa energía del Amor en todo lo que nos toca atravesar.
Es importante expresarnos, incluso en nuestras discrepancias, pero siempre con un punto de vista objetivo y entendiendo que todo es relativo para cada uno, porque cada individuo tiene una visión única desde su perspectiva.
Todos formamos un gran puzzle universal.
Desapegarnos de las expectativas ilusorias, respetando los demás procesos por los cuales cada uno esté pasando. El equilibrio es la clave siempre. Ser íntegro y con nobles principios, son el oro energético en el cual impregnar nuestros sentimientos.
Ser congruente, respetuoso en la diferencias de opiniones, leales en nuestras acciones, tolerantes, expresando nuestra opinión desde lo objetivo y lo racional. Dejar ir las expectativas. Dar lo mejor de uno mismo y esperar que el otro sea feliz. Querer aportar al otro, sea pareja, familia o amigo, lo mejor de nosotros mismos.
Nuestro principal trabajo es lo que hacemos con lo que somos. Es el desafío de nuestras vidas. Representa crecer y evolucionar.
Una nueva humanidad está amaneciendo.
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Mensaje canalizado por Julio César Singlan
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