Vivir una vida plena es posible.
Pero cómo?
Primero, identificar qué nos produce estrés. Analizar el proceso y determinar el origen y los síntomas... autoconocernos más.
Luego, armonizar nuestra vida con pequeños grandes cambios que vayan a crear un equilibrio y armonía para nuestras vidas.
Y cuáles son las causas del sufrimiento?
Sus raíces son lo determinante. Muchas veces vemos el árbol, lo podamos... pero no revisamos la raíz.
Es necesario vernos a nosotros mismos, evaluar cómo estamos, qué sentimos, prestar atención a nuestras emociones, y comenzar a desarrollar acciones para equilibrar todos los aspectos de nuestras vidas.
Para estar bien, primero tenemos que poder sanar heridas y asuntos pendientes.
El autocuidado es fundamental: evoca una situación que haya generado una gran experiencia de vida que tenga que ver con sentimientos de amor, juego y aventura. Revívela.
Hay tres aspectos fundamentales para el autocuidado, que son:
- Lo Mental
- Lo Físico - alimentario.
- Y lo emocional - afectivo.
Será necesario trabajar en estos tres niveles, haciendo una valoración y toma de consciencia para sintonizar en la frecuencia que deseamos vibrar.
Buscar herramientas que nos resuenen, crear estrategias personales y una toma de consciencia de nuestro proceso.
Cuidar de nuestro estado físico, haciendo alguna actividad, como caminar... y tener una alimentación consciente y saludable.
Hacer lugar para la relajación, meditación o alguna actividad que nos conecte. Estar cerca de la naturaleza y apreciarla. Meditar y escribir forman parte del despertar de tu potencial.
Hacer espacio para aquello que nos gusta realizar, como caminar, pintar, o simplemente jugar con un niño o con una mascota. Conectar con nuestro niñ@ interior.
Mantener una comunicación abierta con aquellas personas que forman parte de nuestros vínculos con alegría y aprecio. Sentirnos vinculados. Compartir abrazos y gestos afectivos.
Ser apoyo y sentirnos apoyados, haciendo lugar para compartir y celebrar la vida.
Tener una autorregulación consciente, conectando con nuestra respiración cada vez que alguna situación puntual nos hace reaccionar, volviendo rápidamente a nuestro eje. Dejar de dar respuestas automáticas inconscientes superados por las circunstancias. Estar en balance y relajado la mayor parte del tiempo es fundamental para ser más expansivos, equilibrados y empoderados.
Conectar con una práctica saludable de compasión, empatía y consciencia, relativizando todo tipo de desafíos.
En varios momentos de nuestras vidas nos fracturamos. Hay algunas heridas que son muy profundas y sus procesos llevan tiempo de sanar. Pero lo importante es lo que vamos haciendo para sanarlas conscientemente, qué herramientas utilizamos para reestablecer nuestro balance y equilibrio integral.
Trabajar el poder de la observación (la atención plena) a cada instante. Hacernos presentes en el presente, liberando el pasado y el futuro. Sin juicios, simplemente ser y estar presentes aquí y ahora.
Estar conectados a nuestra esencia misma, aceptando lo que no podemos cambiar y trabajando por lo que sí, de manera asertiva.
Somos perfectamente imperfectos. Permítete ser y permite ser al otro. Si no depende de ti, no gastes tu energía en saco roto. Allí donde pones tus espectativas y nada florece, es simplemente un desgaste innecesario.
Parte de ser libres, es enfocarse en lo que está a nuestro alcance y liberar todo lo que pesa o genera resistencia.
Soy creador de mi realidad, identidad y personalidad.
Este viaje es particular y compartido... lo llamamos Vida.
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Mensaje canalizado por Julio César Singlan.